Como Una Realidad:



Sentí el roce de tu mejilla contra la mía, con suavidad, sensible al tacto. Mis ojos se entrecerraban al notar esa conexión, esa cercanía de nuestros cuerpos. Mis labios anhelaban otros que les hicieran sentir especiales, únicos pero seguían fluyendo entre dudas.

Podía notar tu respiración cerca de mi cuello, me recorrió un escalofrío por la espalda. Sentí tu aliento en el cuello, tan cercano, tan inocente... Tus ojos cerrados me decían que confiabas en mí, estabas totalmente entregada a mí, después de tanto tiempo tras una relación que agonizaba y que ya era incapaz de salvar...

Te movías suavemente, me cautivabas con simpleza, jugabas muy bien con la mirada. Eras experta en dejarme intrigado, en esperar que cayera a tus pies con tan solo decirme una palabra al oído, explosionando dentro de mí un conjunto de emociones inexplicables. ¿Cómo lo hacías?

Llevaba dos años soñando con aquel momento, deseando que volvieras, tenerte junto a mí a pesar de todo lo que ocurrió entre nosotros. Y ahora, eras como una pluma a mi alrededor que se jactaba de mi asombro, de mis añoranzas para mantenerme cerca. Después de haberte traicionado así, ¿por qué si quiera deseabas besarme, incluso verme?

De repente, me miraste fijamente a los ojos con aquella profundidad que apenas recordaba y pude comprender que fingiste al igual que yo lo hice en su momento con aquella pelirroja despampanante. No tendrías piedad. Pude notar cómo me perforaba un puñal, repetidas veces en la zona del estómago. Empecé a sangrar, a notar cómo mi vida se iba desvaneciendo a través de tus ojos, cómo iba a desaparecer por completo...

Desperté de repente, estaba en mi cama con el pijama más ridículo que tenía en el armario, aterrorizado, jadeando y sudando debido al mal trago. Toqué mi cuerpo para comprobar que no sangraba y que tú te habías ido pero, la verdad era que te habías ajenciado un lugar en mi corazón y jamás te desvanecerías, dejándome tu recuerdo, tus susurros y tus miradas en mi interior, como puñales en mi memoria, presentes cada día hasta mi final, haciéndome recordar mi error... 

Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  2. Time does not heal any wounds. It merely helps us to deal with their scar tissue.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Amistades vacías:

Sin Palabras:

Reflejo: