Vacío:
Les veía sentados en los taburetes de la barra, charlando
tranquilamente de sus vidas, sin ninguna preocupación aparente y, por ello,
sonrientes. He de admitir que, por primera vez, no me sentía incómodo pero, sus
voces terminaban penetrando en la profundidad de mis oídos como ninguna otra
cosa lo haría, una sensación curiosa que me gustaría olvidar.
Vienen cada día al igual que yo, aunque nunca hablo, no tengo
ni un ápice de esperanza, ni de emoción en la voz, ni siquiera en mi semblante
serio y concentrado en cualquier otra cosa que no sea la misma realidad. Dejo
que la vida pase sin importancia, actuando como si nada tuviese sentido desde
que ella se fue, desde que hizo desaparecer esa sensibilidad que permanecía en
mi interior, haciéndome sentir vacío y completamente solo.
Los camareros no parecían tener freno alguno, sus cerebros
estaban en mil cosas y, a la vez, en ninguna, aunque no lo dijesen, lo
transmitían a través de sus ojos y aquellos labios apretados en sus semblantes.
Nunca entenderé esa ansiedad que sienten por tenerlo todo controlado y con la
máxima perfección posible, aunque en realidad, todo acaba siendo una parte
perdida del azar.
Podría decir que la comida es bastante diferente de lo que he
comido hasta ahora, diría que me he quedado perplejo pero mentiría, como tantas
veces he hecho, ni siquiera sé qué es desde el momento en que ella se
desvaneció en el aire cambiándome por completo, justo después de que mi cuerpo
hubiera experimentado una agradable sensación al haber matado por accidente a
un tipo que se suponía que era un drogadicto en sus mejores años, no sabía cómo
pero simplemente sonreía al ver su cabeza abierta en el asfalto y fascinado por
la cantidad de sangre que había a su alrededor, jamás había sentido nada igual,
haciendo desaparecer lo más preciado que había en mí sin darme la menor cuenta.
Se respiraba tensión en el ambiente, había demasiado ruido y
muchas bocas moviéndose sin cesar, seres molestos que necesitan ser escuchados
y con unas ganas increíbles de llamar la atención. Se agolpaban en un sitio tan
reducido que parecían no darse cuenta, justo como este restaurante a las
afueras de Nevada donde servían unas gigantescas hamburguesas caseras y unos
postres que, como algunos decían, estaban para chuparse los dedos, según las críticas
que pude apreciar en su página web. Me había sentado en el rincón del fondo del
salón para no tener que soportar a los típicos curiosos y charlatanes
desconocidos que pretenden hacer amigos allá a donde van, con ese don de gentes
que puede resultar incluso, molesto en ciertos momentos.
Había olvidado qué era ser agradable, el contacto humano
había dejado de tener significado para mí. Todos mis pensamientos positivos y
optimistas que alegraban mis días, ahora se transformaban en tristeza, desolación, pasotismo,
frialdad y muchas más sensaciones que ni siquiera entendía. Era una oscuridad
que me ensombrecía, me eclipsaba y no me dejaba salir de mi caparazón personal
que se había vuelto egoísta y controlador de todo su alrededor, temeroso de que
algo saliese mal. Lo importante era el aquí y ahora, lo que importaba de verdad
era un posible objetivo, quería volver a sentir algo más que vacío dentro de
mí, quería sentir ese momento altivo cuando pude ver con mis propios ojos cómo
se desvanecía la vida de alguien tan cercano a mí, fue excitante.
Mi alma había decidido irse, tenía el mejor motivo que podría
haberme dado, simplemente me había perdido a mí mismo, me había dejado llevar
por la oscuridad, por una sensación única que muchos juzgarían por encima de
todo y ni siquiera sabía cómo pedirle que volviera en aquellos momentos en los
que podía cuestionarme a mí mismo, en los que podía volver a pensar con claridad,
con esa sensibilidad apenas perceptible. Poco a poco, había desvanecido hasta
desaparecer por completo por mucho que
estuviese presente, era como un fantasma persistente en la vida de todos y en la
vida de nadie.
Pobre. Qué intenso. Me gustó. Gracias.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste, esa era la idea del relato, que fuera lo suficientemente intenso para crear alguna clase de empatía en el lector.
ResponderEliminarGracias a ti por leerme, un besillo.