Marcada a Fuego:



Veía el fuego arder delante de mí, todavía no me explicaba cómo podía haber dejado caer la cerilla, siempre pensé que había algo malo dentro de mí y pude confirmarlo. Me sorprendí sintiéndome relajada observando las llamas, captaban mi atención, dejándose llevar en mi interior. Había tantas cosas que no le había dicho a aquel ser inerte que yacía en el suelo y otras muchas que no le había enseñado siendo quién era y compartiendo un lazo inquebrantable, que no podría ni contarlas. 

Pude ver su alma levantarse de su cuerpo, sorprendido de verse en el suelo. Su mirada era afable pero, había un atisbo de comprensión, como si esperase que le hubiera quemado vivo, algo que trataba de procesar mientras pasaba por mi lado con una media sonrisa. Había sido pasto de las cenizas y ni siquiera me odiaba, estaba segura de que recordó su silencio hacía mucho tiempo al descubrir que había quemado a nuestra perra tan solo por ver las llamas florecer de su cuerpo inerte, sabía que había algo que me llevaba a hacerlo pero, aunque no nos llevábamos demasiado bien, me guardó el secreto.

Su alma había desaparecido pero su cuerpo permanecía calcinado, sin moverse, sin volver a pestañear ni meterse conmigo, sin poder decirle un "lo siento" sincero. Me di la vuelta y me alejé de su cuerpo con emociones incontrolables, pudiendo respirar de forma entrecortada, mientras miraba al frente con la mirada vacía, con los labios sellados y su voz sonando en mi cabeza como un eco.

Desde entonces, puedo oler su colonia allá a donde voy, puedo oír su risa mientras camino por lugares poco concurridos, puedo sentir que todo se para al presenciar un incendio, puedo verle cada vez que cierro los ojos, es como si estuviera marcada por el fuego, como si aquel acontecimiento hubiera creado una huella en mi tiempo y no quisiera soltarme. Quizá me lo merecía, quizá las lágrimas que corren por mis mejillas no son más que una vida quebrada, que un victimismo ensordecedor que dejo que me atrape.

Quemé a mi hermano vivo. Quemé toda una historia, varios momentos que no volverían, un millón de sensaciones echadas a perder por esa furia que tenía en mi interior, esa rabia que me cegaba y que no podía parar. Quizá algún día pueda perdonarme antes de volverme loca, antes de hacer alguna tontería, antes de volver a marcarme en fuego... 

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