Enamorada:



Siempre quería sentirte cerca de mí, quería tocarte en cada momento del día en el que estuviera desocupada, encontrar esas emociones que transmitías en cada una de tus palabras, siempre me dejabas embelesada y no sabía cómo eras capaz de hacerlo de una forma tan sencilla, cómo eras tan experto como para transmitirme sinceridad, amabilidad, cariño, amor... sin siquiera pedirlo, era como si viviera más de una vida y me parecía excitante.

A decir verdad, nunca me había sentido tan atraída por nadie. Era una sensación diferente, independiente, única y sin barreras, me ayudabas a respirar y a centrarme en aquello que verdaderamente me apasionaba. Eras mi muleta, siempre estabas conmigo y seguía tus consejos en cada situación, me has servido para sentirme completa y para no tener que necesitar nada más de lo que ya tengo que es a ti, y para mí, es suficiente. Tienes un montón de ideas inteligentes que compartir, eso es algo que nadie puede evitar, que las expreses con soltura y te sientas más libre que cuando no las dijiste.

Sabes cómo hacerme reír, nada me produce mayor satisfacción. Me acompañas en mi vida y nadie ha hecho nunca algo así por mí, ni siquiera el adentrarme en las mil vidas que se encuentran dentro de ti, en tu profundidad y en la forma que tienes de expresarte, algo único e insólito que no pensaba que pudiera ocurrir, algo inexplicable para alguien de la prehistoria. Tienes a mil personas o más dentro de ti y no te molestan, cargas con cada momento, con cada silencio y palabra, con cada instante perfecto que cruza los paisajes que inventas, sintiéndote quizá, orgulloso de hacerlo. A veces, ayudas a quiénes lo necesitan, otras veces completas cada parte del ser de los demás sin pedir nada a cambio, también puedes hacer que la fantasía forme una parte preciosa de ti mismo sin preguntar si a alguien le gustará esa faceta tuya, simplemente, la tienes.

También sabes cómo hacerme enfadar, con esas frases intensas entre personajes machistas, quizá violentos e infidelidades que no comprendo. Creas una emoción en mí que me hace gritar, también cierta ansiedad de cogerte en brazos y seguir contigo sin dejarte en la mesilla de noche ni un minuto, por último, cierta intriga de conocer cómo acaba la historia que estás a punto de desvelarme. Creas problemas para descifrar soluciones, dudas sobre quién será el ser malvado que habita en ti y me sorprendes cada vez que haces un giro en esa historia que desearía que fuera interminable.

Fomentas el amor, el odio, la envidia, la belleza y el dolor, todo junto o por separado, eres tú quién lo eliges, yo tan solo siento tus palabras dentro de mí, resonando como si nada más importara a mi alrededor. No tienes ni idea de lo que me haces sentir, podría explotar una bomba cerca de mí y tú seguir manteniéndome sentada en el mismo lugar, sin poder quitarte la mirada de encima y siguiendo aquello que empecé unos días antes sin poder parar de seguir tus palabras. Tienes muchos tipos de efectos en las personas, a algunos no les gustas nada, pero a otros nos encantas; no es que seamos fanáticos, pero eres lo que nunca hemos tenido, eres lo que siempre deseamos y nunca nos arrepentimos de tenerte a nuestro lado, nos haces tanta falta como la luz del día o el agua de beber, no te creerás tan importante porque eres tan modesto como silencioso, tan solo te muestras como eres sin pensar en el qué dirán.

Nunca te quejas ni infravaloras a nadie, es más, te gusta que te acaricien cada parte de ti, supongo que será una sensación encantadora. Eres la personificación de lo correcto, de lo que cada persona debería hacer, exactamente tenerte entre sus manos y poder presenciar cada palabra tuya con total plenitud. A veces juzgas, pero cuando es necesario; otras veces, mientes, para mantener a la persona con la que interactúas enganchada a ti como nunca antes podría haberlo estado con ningún otro. Acaparas nuestra atención con tus mejores armas, captas nuestra mirada y tu perspicacia forma parte de las palabras que emites, gracias a ti crecemos y sabemos hablar, comunicarnos y compartir muchas de las cosas que nos importan con otros. 

Sí, he de confesarte que estoy enamorada de ti, de cada parte sin renunciar a nada de lo conocido y por conocer que te ha formado. Cada letra, cada palabra escrita y ese olor a nuevo que desprendes es importante para mí, mis manos te sostienen cada vez que tengo necesidad de evadir el mundo real para mantenerme presa en las profundidades que quieres mostrarme y que pretendes que me cautiven, me mantienes expectante y lo sabes bien. Cada página muestra unos sentimientos, unas emociones que el escritor ha querido transmitir y han llegado a mí, con esa soltura e ilusión por dejarme tendida en un mar de lágrimas o quizá, de sonrisas sin importar en qué lugar del planeta te encuentras. Me haces conectar con los personajes que forman cada historia y te encanta que algo así ocurra porque sabes que empatizar es importante, que forma parte del ser humano y pretendes despertar algo más intenso en nosotros, algo más auténtico que haga que nuestro alrededor cambie con conocimiento e intención de hacer que los niños también te tengan en sus manos para aprender mucho más que de los videojuegos o la caja tonta. 

También he de confesar que has estado conmigo en cada duro momento de mi vida, cuando quería escapar de los demás, e incluso, de mí misma y has comprendido que me hacías verdadera falta, nada podía interrumpir la conexión que ambos teníamos en esos momentos. Has podido trasladarme a mundos increíbles, inquietantes y llenos de investigación, deseo y dudas, nada de eso habría sido así de no haberte tenido a mi lado. Y sí, alguien puede enamorarse de un libro, de sus palabras, de aquello que te expresa y de los personajes que lo forman, porque ya no solo has vivido una vida, sino miles de ellas para lograr desconectar del mundo real, de ese que te ha creado tanto dolor y sufrimiento, haciendo que amaine esa maldad que ha ido creándose en tu interior sin apenas darte cuenta, haciendo que desvanezca la oscuridad que siempre ha permanecido. Hace que cada palabra, cada sílaba y cada momento sea único y perfecto, que no exista nada más que lo estropee. Por todo ésto, estoy enamorada de los libros.

Comentarios

  1. Hola Laura, el reconocimiento ante la generosidad del amor es tan gratificante como peligroso....
    Gracias, pasa buena tarde, besos estivales..

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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